El periodista, el crítico o el cronista de arte está para eso, para lo que su oficio le indica, cuestionar, criticar las obras en cualquiera de sus manifestaciones.
Esta crítica, desde la óptica del artista, o sea, el criticado, puede ser constructiva o destructiva, mala o buena, pero también negativa.
De otro lado, en la acera de enfrente, no contraria, está el que critica. Que se supone debe tener los conocimientos, la capacidad y la preparación para hacerlo, y hacerlo de la manera más objetiva posible.
Un periodista debe criticar para construir, no para destruir, para orientar, para alimentar. Un artista debe asimilar de la mejor forma estas críticas, aunque también, casi nunca ocurre.
El artista debe entender que esta es la función del comentarista, del crítico, y aunque tiene todo el derecho a defenderse, debe aprender a tomar y dejar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario