domingo, 10 de mayo de 2009

VENDEDORES INVADEN PEAJES


¡Este es un país muy especial!, decía Cuquín Victoria en el anuncio del ron aquel.

Pues sí, este es un país muy especial, porque en cualquier esquina se encuentra usted con que le están metiendo por la ventanilla del vehículo un producto inanimado o animao.

Por ejemplo, su va en su vehículo por la avenida 27 de Febrero y se detiene a la intercepción con avenida Núñez de Cáceres, de repente llega alguien le me mete en el vidrio delantero un perrito dizque de raza, a precio módico.

Si usted lo rechaza, o sea, dice que no, el atinado vendedor saca del otro brazo, como por "arte del magía", una cotorra que tenía escondida en la espalda, o una pecera con cuatro tilapias, o una hicotea.

Pero también le oferta verduras, aguacates, remolachas, zanahorias, mangos, piñas, platanos, guineos, zapotes, lechozas, accesorios para celulares, tarjetas para llamadas, lentes, gorras, pinchos, redecillas, aretes, relojes, anillos, cajas de herramientas,  entre otros.

Okey, eso es en las calles de Santo Domingo, pero como si no fuera poco, ahora los vendedores se están apropiando de los peajes, un lugar que en otros países es considerado un punto estratégicos militarmente hablando y  de extrema protección.

A nadie se le ocurriría ni siquiera salir de su vehículo en un peaje en los Estados Unidos o en Europa.

En el peaje del Aeropuerto de las Américas hasta las que cobran compran sus semillas de cajuil, provocando, incluso, tapones.

¿Qué le parece?

Pero también se encuentra con ahí mismo, y del otro brazo

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